martes, 7 de octubre de 2008

En el mes de Nuestra Señora del Rosario.



"Audi, ilia, et vide, et inclína aurem tuam:
quia concupívit Rex spéciem tuam".

Oye, hija, y atiende; inclina tu oído;
por que el Rey se prendó de tu hermosura.


Las Bellezas del Rosario.

Las excelencias de las oraciones que forman el Rosario nos demuestran las virtud y solidez de esta santa como saludable prática. La horación "Dominical" que el mismo Hijo de Dios , nos ha esseñado, es la oración más bella, más completa, más conmovedora que podamos hacer, puesto que contiene todo lo que podemos pedir y desear.

Caundo rezamos esta sublime oración, en nada alteramos su mérito divino; y se desprende pura de nuestros labios, cuando llega al trono de Dios es atendida faborablemente, a causa del respeto que se debe al divino Autor; allí se reconoce su origen celestial, y sólo los ángeles pueden decirnos con qué prisa el amor del Padre ayo la recomendación del Hijo.

"La Salutación angélica" es la oracion más hermosa que podemos ofrecer a María; en ella le recordamos sus grandezas y virtudes, sus perfeccion, y por último, su poder en el cileo y en la tierra.

Tan agradable a María como provechosa a sus hijo, el "Ave María" es para éstos un precioso manantial de gracias y bendiciones.


El "Gloria Patri", que termina con cada decena, es una oración que procede de los Apóstoles; la Iglesia obliga a que las repitan sus ministros más de cien veces por día, y no es posible rezarla bastante a memudo, para tributar a cada instante, si fuera posible, pero lo haremos en la eternidad, Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.



"In me grátia omnis viae et veritátis, in me omnis spes vitae et virtútis: ego quasi rosa plantáta super rivos aquárum fructificávi".

En mi está toda la gracia para el buen camino y la verdad; en mí toda esperanza de vida y de virtud; yo florecí cual rosa plantada junto a las corrientes de las aguas.



Repitiendo a menudo esta sencilla plegaria, cuantos sentimientos de fe , de alabanza de amor, de gratitud pueden llenar nuestro corazón.

Los quince misterios del Rosario, subleme compendio del Evangelio, nos conducen al conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo, en el que consiste la vida eterna.

Por medio de esta santa devoción ponemos a los pies de la Santísima Virgen, las intenciones de toda nuestra comunidad y rogamos para que sean abundantes los frutos espirituales de la labor de esta Dirección.